Podría entenderse la obra recogiendo una afirmación de Crispín: Mejor que crear afectos es crear intereses (acto II escena IX). Esta afirmación se desarrolla mediante un sencillo esquema argumental que sería el siguiente: A principios del siglo XVII Leandro y Crispín, dos pícaros impenitentes, llegan a una ciudad italiana donde Crispín mediante su labia logra hacer creer que Leandro es hombre adinerado, generoso y culto. Con esta imagen Leandro deberá enamorar a la hija del rico Polichinela para conseguir riquezas. El problema surge cuando el amor se hace real entre ambos jóvenes.
Polichinela descubre el engaño que pretende arrebatarle sus riquezas pero no puede librarse del mismo puesto que la boda será un negocio para todos ya que permitirá a Leandro saldar sus deudas con los que creyeron en sus mentiras. Esos mismos crédulos logran convencer al rico Polichinela para que acepte el casamiento. Sin embargo la crítica a los supuestos morales de la sociedad burguesa se suaviza pues Polichinela no es víctima inocente sino que merece castigo por sus desmanes pasados.
Personajes
No sólo Polichinela está ligado a la tradición teatral de la comedia del arte. También lo está Leandro, figura del galán, o Crispín que actúa al modo arlequinesco. El único personaje complejo y digno de ser objeto de un estudio detallado es Crispín, los demás, en todas palabras de Lázaro Carreter, son «pretextos esquemáticos al servicio del protagonista».
- Teatro (1992). Dirección: Gustavo Pérez Puig. Intérpretes: José Sazatornil, Juan Carlos Naya, Félix Navarro, Paco Camoiras, Nicolás Romero, María Granell, Vicente Haro, Encarna Abad, Elvira Quintillá y Felipe Jiménez. Madrid (Teatro Español)
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